Quizá no lo sepas, pero soy coach ejecutiva y tengo un programa para people managers que se llama UpLeaders. Y como parte de este programa, tengo la oportunidad única de trabajar directamente con profesionales que están a la cabeza de organizaciones.
Un tema común en mis sesiones de coaching es el burnout. La amenaza de “quemarse” o la realidad de que ya ocurrió es algo que está muy presente en managers y, francamente, en cualquier persona que es parte del mundo corporativo.
A menudo trabajo con mis clientes en crear estrategias para disminuir la probabilidad de quemarse tanto para elles como para sus equipos. Y quiero resaltar la frase “disminuir la probabilidad” porque esto es importantísimo de que lo entendás: el burnout no es creado por una persona sino por las condiciones de trabajo que esa persona tiene en ese momento. Y como son condiciones externas a la persona, eliminar la posibilidad de burnout no depende de ese individuo.
Pero por supuesto que no voy a dejar a mis clientes “botades” y entonces hacemos un plan personalizado con las circunstancias que sí están bajo el control de la persona.
Y producto de este trabajo es que he llegado a identificar en mis clientes tres comportamientos que hacen que sus posibilidades de quemarse se multipliquen, y esto es lo que quiero que analicemos hoy.
Quieren mantenerse “business as usual” cuando están en plena crisis
A menudo mis clientes quieren seguir trabajando “normalmente” a pesar de que literalmente están en llamas. Desean seguir atendiendo todas las reuniones, contestando todos los emails, y distribuyendo la carga de trabajo en su equipo de la misma manera en que lo han venido haciendo. Es como si siguieran en piloto automático a pesar de que tienen “el rancho en llamas.”
Cuando estamos al borde del burnout, debemos ver la situación como una emergencia, porque realmente lo es. Eso quiere decir que tenemos que atender únicamente lo verdaderamente urgente, y que lo demás se espere o quede sin resolverse.
Sé que esto le puede causar ansiedad a más de una persona.
Pero imagináte esto: vas caminando por una playa hermosa, tu día va genial, y de repente se vino un tsunami y ya casi te cae encima una ola gigantesca. ¿Continuarías caminando como si nada por esa playa, o buscarías salvar tu vida?
Bueno, así veo yo a mis clientes que insisten en atender todas las reuniones sin urgencia, mantener su inbox en cero emails no leídos, y seguir metides en cuanto proyecto aceptaron cuando no estaban con el agua hasta el cuello.
Una crisis es una emergencia. Y debemos actuar consecuentemente.
No quieren dejar ir nada de lo que ya tienen en “su plato”
Otro comportamiento derivado del anterior es que no desean dejar ir nada. No quieren declinar reuniones que no son importantes, no desean cambiar los staff meetings para liberar tiempo, insisten en seguir haciéndole mentoring a esa persona de otro equipo que está muy interesada en aprender de su línea de negocio. Nuevamente, si estamos en crisis únicamente mantenemos aquello absolutamente indispensable. Todo lo demás va a tener que esperar.
Yo considero que muchas personas sienten que el “dejar ir” algo es sinónimo de falta de capacidad. Y lo asocian con un fracaso personal. Como coach ejecutiva y persona ajena a esa empresa, para mí es muy sencillo ver como no es sostenible ni saludable tener a alguien con una carga del 150%. Pero para la persona en la situación, no es fácil verlo así.
Así que si sos de las personas que sienten que no puede dejar ir nada porque es un fallo personal, te doy este consejo: decí que en este momento estás enfocándote en proyectos o tareas críticas y que temporalmente tendrás que poner XX en espera. Esto suena más estratégico y además, representa adecuadamente tu realidad.
Y recordá que cuando ya las cosas se estabilicen, siempre podrás volver a retomar esas tareas o esos proyectos.
No exponen la situación con su manager
El tercer comportamiento, y el que a menudo más me cuesta cambiar en mis clientes, es el de ocultarle a su manager que están en crisis. Y este también lo entiendo completamente. A nadie le gusta ir con su manager a decirle que las cosas se le salieron de control.
En el mundo ideal deberías ser capaz de ir con tu manager y decirle que estás a punto de burnout y que ocupás ayuda, y tu manager debería, primero que todo, estar consciente de la situación en la que estás, y seguidamente, apoyarte para que salgás de la crisis. Pero tengo claro que no todes tienen esa libertad o ese tipo de relación con su manager.
Por eso, aquí el objetivo es levantar la mano pero de manera que no suene que estás en esta situación porque no supiste manejarla. Yo trabajo con mis clientes para que cuando tengan la conversación también lleven un plan de contención de cómo se podría ver el trabajo mientras se logra normalizar la situación de crisis por la que están pasando. Esto no solo aumenta las posibilidades de que sus managers le digan que sí, sino que se ven como profesionales madures y con visión estratégica.
¿Te identificaste con alguno de estos comportamientos?
Espero que si te sentiste reflejade en alguna de estas situaciones te sirva para entender que no sos la única persona a la que le pasan estas cosas. Y que estos comportamientos no tienen nada que ver con tu capacidad o tu experiencia. Sino que son comunes a todas las personas profesionales en el mundo corporativo.
Y si querés un poco más de ayuda creando tu plan de mitigación de burnout, siempre estoy a un email de distancia 🙂
Espero que alguna de estas recomendaciones te sirva para #UpLevelYourLife. Tanto a nivel personal como profesional.
Nos leemos pronto,
Tu coach, Caro.