El autocuidado se salió de control. Al menos así es como me siento cuando veo las “morning routines” o las “night routines” que andan en redes sociales. No me entiendas mal por favor. Amo que la salud mental empiece a ser un tema tan común en las personas. Pero algunas veces siento que para tener rutinas “adecuadas” de autocuidado, nos tenemos que dedicar a eso todo el día.
Y sobre todo, me interesa criticar constructivamente que muchas de estas rutinas no son realistas para las personas que trabajan a tiempo completo. Y ni qué decir si a eso le sumamos el cuidado de niños o familiares, las labores de la casa, el tiempo de traslado. En fin, todo lo que conlleva ser un adulto en esta época.
¿Sabés por qué tengo esta espinita con las expectativas irreales de selfcare? Porque te pueden estar programando para que creás que si no tenés cuatro horas libres en la mañana para hacer todo lo que “se supone” que tendrías que hacer, entonces no podrás nunca cuidar de vos.
Entre el agua con limón, la meditación de quince minutos, el oil pulling, el journaling terapéutico y los 10K pasos al día… amigues, es que en serio es un trabajo a tiempo completo.
Por eso, cuando me encontré con este episodio de Mel Robbins me emocioné mucho.
Mel es por siempre una favorita en UpLevel, y este episodio está lleno de recomendaciones que podés implementar sin que tengás que renunciar a tu trabajo. Si tenés 40 minutos disponibles te invito a que lo escuchés. Como está en inglés y sé que quizá no tengás esos cuarenta minutos, acá te resumo lo que me llamó más la atención. Además, te agrego algunas notas personales según el tema.
El poder de la gratitud
Te confieso que luego de ver la palabra gratitud en todo lado, en todo wellness coach, en toda frase inspiradora de Instagram… le perdí el respeto que se merece. Pero en cuanto más leo acerca de nuestro cerebro y nuestro sistema nervioso, más le he vuelto a dar el papel que se merece en mi vida.
Las recomendaciones del podcast incluyen dos cosas súper simples, que no te van a tomar ni dos minutos al día. La primera es levantarse y decirse a sí misme que será un excelente día. Y la segunda es antes de dormir, hacer un inventario (o treasure hunt) de todo lo que salió bien ese día.
Mi input al respecto:
Nuestro cerebro está hecho para pasar escaneando posibles amenazas a nuestro alrededor. Y esto quiere decir que lo de pensar positivo no le sale natural, porque no está hecho para eso. Por ello, si bien el tema de gratitud parece ser muy trillado, tiene su valor desde el punto de vista biológico. Enfocarnos en lo positivo a nuestro alrededor va a liberar “hormonas felices” y esto contribuye a disminuir las posibilidades de sufrir de ansiedad y depresión.
Si querés mayor claridad mental, decile adiós al alcohol
A mí que me encantan mis gin & tonics, esta me dolió. Pero en el episodio se explica cómo todo lo que en primera instancia nos gusta de tomarnos unos traguitos de vez en cuando (nos relaja, nos permite bajar revoluciones, etc.) es lo que impacta negativamente a nuestro cerebro.
El alcohol, sobre todo en grandes cantidades, inhibe que podamos producir nuevos recuerdos. Y aún en cantidades pequeñas, va a producir una falta de claridad mental ya que deprime al sistema nervioso, y con él, nuestras capacidades cognitivas.
Si estás sufriendo de poca claridad mental y estás pasándote de “aguas frescas” quizá sea buena idea bajarle a los cócteles o las cervezas por el momento.
La lucha contra la procrastinación
Procrastinar, o el arte de dejar para después lo que urgía que completáramos. Todos los adultos procrastinamos en algún momento. Pero si sos de las personas que siempre dejan para después lo que tenés que hacer, bienvenide al 20% de procrastinadores crónicos que menciona el episodio.
La solución que propone el episodio es empezar por cosas pequeñas. Empezá decidiendo hacer una cosa de esa lista de pendientes, y hacéla. No tenés que completar toda la lista hoy, pero sí una cosa. Porque así como aprendiste a procrastinar, podés aprender a dejar ese hábito. Eso sí, ocupás cambiar tu naturaleza procrastinadora de manera regular, es decir, tener disciplina en esto de hacer una cosa de tu lista de pendientes y hacerla.
Y ojo, aquí viene el input psicológico. ¿Por qué procrastinamos? Porque es menos amenazante sentir que no hicimos nuestro mejor papel o no obtuvimos el mejor resultado porque “no tuvimos suficiente tiempo” que darnos cuenta que nos falta habilidad, ya que eso es algo que a nadie le gusta sentir. ¡Ojo! Estoy diciendo que no querés “sentir que no tenés la habilidad” pero no que sea una realidad, o que no podás desarrollarla.
Yo no sé vos, pero yo siento que estos consejos son más realistas de incorporar a mi ya complicada agenda. Por si te interesa nerd out y leer más al respecto, acá podrás encontrar recursos adicionales.
¡Nos leemos pronto!
Tu coach,
Caro